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Estupor y conmoción en los cuarteles de Balears tras conocer la dramática noticia

La mayoría de guardias y mandos conocían a Peñafiel y al comandante Turrión, cuyo hermano trabaja en la Comandancia

AGENCIAS/J.JIMÉNEZ/P.MATAS
El ex jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Albacete, teniente coronel Antonio Peñafiel, destituido de su cargo el pasado mes de febrero, mató ayer a tiros al segundo jefe y al médico de este acuartelamiento, hirió de gravedad al actual jefe de la Comandancia y posteriormente intentó suicidarse. Peñafiel fue, entre 1996 y 1997, comandante de la Comandancia de Palma de Mallorca.

Los fallecidos son el comandante mallorquín Isidoro Turrión y el doctor Francisco Naharro, padre de la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Encarnación Naharro, quienes ingresaron con parada cardiorrespiratoria en el Hospital General de Albacete. El jefe de la Comandancia, Antonio Lázaro Gabaldón, se encuentra en estado grave tras haber sido intervenido de dos heridas por arma de fuego en el hemitórax izquierdo y en la cara interna del muslo.

El presunto autor de los disparos, quien dijo en su día que había sido destituido por haber descubierto supuestas irregularidades en la Comandancia, también está en estado grave. Peñafiel ha sido intervenido de una herida por arma de fuego con orificio de entrada en la región parietal derecha que presenta hemorragia y pérdida de masa encefálica. Los hechos se produjeron sobre las 10:30 horas, cuando el teniente coronel Antonio Peñafiel, que se encontraba exento de servicio y pendiente de asignación de destino tras haber sido relevado como jefe de la Comandancia y le había sido retirado el permiso para llevar armas, entró desarmado en el acuartelamiento y se dirigió a un despacho en el que se hizo con una pistola.

Una vez con el arma en su poder, salió y efectuó los disparos que acabaron con la vida del médico y del segundo jefe de la Comandancia e hirieron al actual jefe del acuartelamiento que había tomado posesión de su cargo el pasado 22 de abril, para posteriormente dispararse en la cabeza, informaron fuentes de la Benemérita. El teniente coronel atribuyó en febrero pasado su destitución al frente de la Comandancia de la Guardia Civil en Albacete a un supuesto «complot» de los mandos del instituto armado en su contra por «descubrir irregularidades y privilegios entre los oficiales de la Comandancia», mientras que el Ministerio del Interior explicó el cese debido a la falta de idoneidad del oficial para ocupar el puesto.

Entre estos «privilegios», Peñafiel citó, en declaraciones a los medios de comunicación, el reparto del complemento de productividad entre los componentes del escalafón más alto de la Benemérita en Albacete. «Había una queja generalizada entre las escalas más bajas del personal de los puestos que nunca cobraba dicha productividad que iba a parar todos los meses a la mayoría de oficiales de la comandancia y a un escaso número de suboficiales, cabos y guardias», dijo en su día a los periodistas.

El comandante Turrión, fallecido en el tiroteo, es hijo de un oficial de la Guardia Civil y su hermano está en la actualidad destinado en la Plana Mayor de la Comandancia de Palma. El mando mallorquín estuvo prestando servicio en los cuarteles de Bunyola, en Mallorca, y de Sant Antoni, en Eivissa, y estaba considerado como un oficial «muy brillante» que obtuvo unas calificaciones excepcionales y que en los últimos años, coincidiendo con sus ascensos a capitán y comandante, se había trasladado a la Península. Ayer, su hermano, nada más conocer el alcance de la tragedia, abandonó la Comandancia de Palma con destino a Albacete.

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