La Nueva Galería Nacional de Berlín muestra a partir de ayer unas 400 creaciones del modisto italiano Giorgio Armani, prendas que resumen sus 25 últimos años de carrera, de su vida, del mundo de la moda y de los comportamientos sociales.
«Esas prendas son pedazos de mi vida, representan un momento de inspiración, de creación, una emoción íntima, sentimientos de felicidad y tristeza, de buenos y malos ratos», explicó Armani.
«Por eso hay prendas bonitas y otras que lo son menos. Pero las quiero a todas por igual. Es como quien tiene muchos hijos, algunos muy guapos y otros más feos. A todos se les quiere igual», agregó.
La exposición sobre Armani, organizada por la Fundación Guggenheim, está ubicada en la sala contigua a la dedicada al artista universal Pablo Picasso, lo que el modisto considero que es «un honor que nunca imaginé».
Aunque en Berlín ha sido recibida como una primicia, ya ha sido presentada en los museos Guggenheim de Nueva York (2000) y Bilbao (2001).
«El concepto de elegancia del año 2004 es distinto al de hace 20 años», dijo el diseñador de la elegancia, que definió como «el halo que desprende quien extiende en el vestir su personalidad».
«Hay mil maneras de ser elegante. Lo importante es vestir de acuerdo a la manera de ser de uno. Hay que sentirse cómodo y seguro con lo que se lleva puesto», reiteró Armani.