Una juez británica concedió ayer a un hombre negro la paternidad legal de unos gemelos mulatos, hijos de una pareja blanca que fue víctima de un error clínico sin precedentes en el Reino Unido. La sentencia del Tribunal Superior británico da potencialmente al padre biológico el derecho de decidir sobre la educación de los niños. El pasado mes de noviembre, la justicia decidió que los niños se quedaran con la familia de la madre.
El esperma del hombre negro fue utilizado por error en un tratamiento de fecundación in vitro al que se sometió la mujer blanca, identificada como la «señora A», en el Hospital General de Leeds de Inglaterra en 2001. La juez Elizabeth Butler consideró al padre biológico, identificado como el «señor B», padre legal de los niños resultantes, si bien la custodia de los gemelos corresponde a la pareja blanca. «Permanecerán en un hogar estable, afectuoso y seguro. Pero cuentan también con la ventaja de mantener la realidad de la identidad paternal», argumentó.
Según la ley británica de fertilización y embriología humana de 1990, el padre legal de un niño nacido por inseminación artificial sería el marido de la madre biológica -en este caso el «señor A»-, siempre que éste dé su consentimiento. El argumento de los abogados que han cuestionado la paternidad del «señor A» se apoyan en que éste dio su consentimiento para que a su esposa le fuese inseminado su propio esperma y no el del «señor B» o el de cualquier otro hombre.
El «señor A» tendría, pues, siempre según el fallo del Tribunal Superior de Londres, que adoptar a los gemelos para figurar legalmente como su padre. El «matrimonio A» expresó su desacuerdo con esta sentencia, mientras que el «señor B» y su esposa pidieron tiempo para evaluar las consecuencias de esta decisión judicial. Es la primera vez que un tribunal del Reino Unido tiene que decidir sobre la paternidad de niños nacidos por un error clínico cometido en un tratamiento médico de fecundación in vitro.