EFE-PARIS
El cohete espacial europeo Ariane-4, lanzado desde la base de lanzamiento de Kuru (Guayana francesa) puso ayer en órbita el satélite de comunicaciones Intelsat-907 en la última misión de su historia. Aplazado tres veces a causa de las malas condiciones meteorológicas, el vuelo 159 del consorcio espacial europeo Arianespace marca con éxito el fin de un cohete inaugurado en 1988 y que pasará el testigo al Ariane-5.
«El éxito de ayer es la ilustración de la capacidad de Europa de movilizar a sus mejores equipos industriales y operativos al servicio de un objetivo común», dijo el director general de Arianespace, Jean-Yves Le Gall.
El cohete puso en órbita el satélite Intelsat-907, de 4,7 toneladas, que, construido por Space Systems/Loral en Palo Alto (EEUU) y a 35.000 kilómetros sobre el ecuador, suministrará durante más de 13 años servicios de acceso a internet, de telefonía y de enlaces de redes entre empresas.