El Grupo Municipal del PP de Eivissa acusa al equipo de gobierno, del Pacte, de «retrasar voluntariamente el asfaltado de la ciudad de Eivissa a costa del bienestar de los ciudadanos para que el final de obra coincida con el periodo electoral». Así se manifestó el concejal Antoni Prats, que apostilló: «Anteponen los intereses electorales a los de los ciudadanos».
Para justificar que el Ayuntamiento lo que realmente quiere es ganar votos, Prats indicó que el proyecto de asfaltado de la ciudad se terminó en agosto de 2001 y que, tras presentarlo como el proyecto estrella de 2002, no se ha empezado hasta ahora, a escasos meses de las elecciones municipales y autonómicas.
El PP también criticó que el proyecto inicial de asfaltado, con un presupuesto de 2.360.000 euros y 175.500 metros cuadrados de asfalto, se haya reducido a la mitad y haya quedado en uno de sólo 1.164.000 euros.
El Pacte, por su parte, se tomó con buen humor las críticas del PP. «Que sepan que estamos en periodo preelectoral durante cuatro años. Los ciudadanos nos juzgarán por todo lo que hemos hecho durante todo este periodo», dijo el concejal de Obras, Antoni Roldán, para recordar después de que en tres años el Pacte ha invertido casi 1,8 millones de euros (300 millones de pesetas) en el asfaltado de las calles del municipio, cuando el PP, en su última legislatura al frente del Ayuntamiento (95-99), sólo puso 114.000 euros (19 millones de pesetas).
La concejal Virtudes Marí, del PP, añadió que al actual alcalde de la ciudad, Xico Tarrés, «le importa un pito el estado del municipio». Marí señaló además que en el contrato de ejecución no se especifica que calles se asfaltarán lo que hace sospechar al PP que los criterios por los que se seleccionarán irán más orientados a «ganar votos» que a mejorar las zonas más deterioradas.
El PP también criticó las obras de reposición de aceras. El edil indicó que «no se están cumpliendo todas las medidas de seguridad» y que el retraso en los plazos de ejecución está provocando «pérdidas importantísimas» a los comerciantes porque las obras han coincidido con la Navidad. Roldán, por su parte, explicó que fueron los propios comerciantes los que pidieron que durante las fiestas de Navidad se paralizaran las obras para que éstas no perjudicaran la actividad comercial.