El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, que tenía previsto inaugurar ayer por la mañana la VIII Conferencia del Convenio Ramsar para la protección de humedales en Valencia, no pudo acudir debido a un avería en el avión con el que tenía que viajar. Dicho avión, un Mystere del Ejército del Aire, tuvo problemas técnicos por lo que el Heredero de la Corona se tuvo que quedar en tierra. El pasado viernes un Boeing 707 en el que viajaba el presidente del Gobierno, José María Aznar, también sufrió un problema técnico durante el vuelo. En este caso fue el sistema hidráulico del tren de aterrizaje el que produjo el atraso en el vuelo de Aznar hacia Punta Cana para asistir a la Cumbre Iberoamericana.
Pese a la ausencia del príncipe de Asturias, la inauguración de la VIII Conferencia del Convenio Ramsar para la protección de humedales se llevó a cabo con la lectura de las palabras de don Felipe de boca de la presidenta de la Asamblea y secretaria del Ministerio de Medio Ambiente, Carmen Martorell. En su mensaje, el príncipe de Asturias subraya que la cultura sobre estos parajes significa que hay que comprenderlos «como recurso natural, fuente de riqueza y motor de crecimiento».
Don Felipe asegura que «hay que sacar a la Naturaleza y su biodiversidad del ámbito ambiguo de lo acomodaticio», para crear «una convicción auténtica del valor de lo natural», porque cultura es profesar «un uso racional de estos recursos naturales», para evitar que se agoten y con ello terminar con la vida y sus habitantes. El Príncipe comenta que no es casual que España sea la anfitriona de la Conferencia con «su lista de humedales de importancia internacional», entre los que se encuentran Doñana, el Delta del Ebro, la Albufera de Valencia y el Mar Menor.