Durante su visita a un centro educativo de Arteixo (A Coruña) y a preguntas de los periodistas, Pilar de Castillo admitió que, aunque no estaba al corriente de estos hechos, «le parece una decisión correcta si ha sido tomada por la comunidad educativa» del Colegio Padre Feijoó-Zorelle de Ourense. Según publicaba ayer «La Voz de Galicia», cerca de cuarenta adolescentes de entre 14 y 16 años faltaron el miércoles a clase en señal de protesta por la «medida preventiva» adoptada por la dirección del citado centro de Ourense, que obligó a chicos y chicas a estar separados durante los recreos durante dos días para evitar que mantengan relaciones sexuales en los cuartos de baño.
La medida se adoptó, según responsables del centro y algunos padres, porque algunos estudiantes «no supieron guardar la compostura» y no se comportaron correctamente en los recreos. El Colegio Padre Feijoó-Zorelle de Ourense es un centro privado concertado y laico. El conselleiro de Educación, Celso Currás, manifestó que la decisión de separar a los alumnos es un asunto de régimen interno y apuntó que, al ser un acuerdo de la comunidad educativa, desde la Xunta «lo vemos como correcto».
Lo que afirman sin pudor tanto los responsables del centro como los padres es que algunos estudiantes no se han venido comportando de forma correcta durante el recreo. La corrección la miden en función del reglamento de régimen interno. Dicho en palabras de una de las madres, los chicos «no supieron guardar la compostura». Volviendo a los hechos, mientras el resto de alumnos asistía a clases, los padres de las afectadas, que cursan tercero y cuarto de ESO, fueron avisadas. Lo que ocurrió en sus respectivas casas a la hora de la comida se intuye.