El temporal de lluvia, que empezó a remitir pero mantiene ocho comunidades en alerta, prolongó la situación de caos vivida ayer en la red viaria de Barcelona y el aeropuerto del Prat, y provocó en el aeropuerto de Madrid-Barajas largas colas y demoras de dos horas en los vuelos hacia la ciudad condal. Mientras la Generalitat mantuvo activada la fase de emergencia del Plan INUNCAT, el temporal siguió afectando especialmente a las comarcas del Barcelonés, Baix Llobregat, Vallès Occidental y Oriental. El aeropuerto de Barcelona, que el miércoles canceló más de 200 vuelos tras inundarse su Centro de Control, continuó con problemas y hasta tuvo que cancelar un centenar de vuelos, mientras el resto tenían una media de retraso de más de una hora.
Por la tarde, los vuelos entre Madrid y Barcelona despegaron y aterrizaron del aeropuerto de Barajas con una demora media de 90 minutos, mientras que las largas colas de pasajeros registradas durante la mañana desaparecieron y las compañías no cancelaron vuelos entre ambas ciudades desde las 14.00 horas. Por la mañana fueron suprimidos vuelos entre Madrid y Barcelona de Iberia, Spanair y Air Europa. Durante la mañana, los aviones acumularon una demora de unos 120 minutos de media.
El director general del Ente Público Aena, José Eladio Seco, señaló que la situación sufrida en el espacio aéreo español tras la inundación del centro de control del aeropuerto de Barcelona «está subsanada». Tras presidir el acto celebrado en el aeropuerto del Prat como inicio de las obras de la tercera pista, el presidente del Gobierno, José María Aznar, expresó su solidaridad con los afectados por las lluvias y confió en avanzar en obras que palíen sus efectos, aunque advirtió que «no hay obra humana que sea inmune a los fenómenos atmosféricos».