El papa Juan Pablo II proclamó ayer santo a Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, en el centenario de su nacimiento, ante más de 300.000 peregrinos procedentes de casi noventa países diferentes -85.000 españoles, muchos de ellos de Balears-, y arropado por más de 400 obispos de todo el mundo. La ceremonia congregó además a numerosos representantes de gobiernos de diferentes países, entre ellos España e Italia.
Juan Pablo II animó en su homilía a los asistentes a «no dejarse atemorizar ante la cultura materialista, que amenaza con disolver la identidad más genuina de los discípulos de Cristo», y a seguir para ello «las huellas del nuevo santo, difundiendo en la sociedad por medio de sus vidas, y sin distinción de raza, clase, cultura o edad, la llamada universal a la santidad».
«Después de haber reflexionado largamente, invocado muchas veces la ayuda divina y oído el parecer de numerosos hermanos en el episcopado, declaramos y definimos Santo al Beato Josemaría Escrivá de Balaguer, y lo inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sea devotamente honrado entre los Santos», declaró el Papa a las 10.25 horas.
Al finalizar la ceremonia, Juan Pablo II saludó en diferentes lenguas a los peregrinos asistentes, a lo que impartió su bendición tras el rezo del Angelus, animándolos a «ofrecer las cosas pequeñas de cada día con amor a Dios». Finalizada esta alocución, el Papa saludó al prelado del Opus Dei, agradeciéndole «todo lo que hacéis por la Iglesia».
La ceremonia fue concelebrada por 42 obispos y cardenales, entre ellos el prelado del Opus Dei, Javier Echevarría, el secretario de Estado del Vaticano, Angelo Sodano, el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, y los arzobispos de Lima, Pamplona, Burgos, Nairobi, Guatemala, Cracovia, Santo Domingo o San Salvador, además de medio centenar de obispos africanos, 53 obispos españoles, otros 55 italianos, y los prefectos de varias congregaciones de la Santa Sede.