Las autoridades sanitarias anunciaron ayer la suspensión temporal en Estados Unidos y Francia de la primera terapia genética que había dado resultados positivos para niños afectados por la inmunodeficiencia grave combinada, conocidos como «niños burbuja». El mal, que sólo afecta a los varones y está vinculado a una deficiencia del gen X, hace a sus pacientes vulnerables a toda infección. Los afectados tienen cortas vidas dentro de burbujas asépticas.
La suspensión se produce después de que uno de los niños en Francia desarrollara un trastorno secundario similar a la leucemia, indicó Donald Kohn, presidente electo de la Sociedad Estadounidense de Terapia Genética. El niño, que ahora tiene tres años, recibió el tratamiento en su primer mes de vida y obtuvo aparentemente buenos resultados, ya que en la primera mitad del año su organismo venció una infección que hubiera sido fatal en otras circunstancias. Pero unos meses después su cuerpo produjo un exceso de células blancas que los médicos calificaron como un trastorno similar a la leucemia. Ahora el niño responde bien a la quimioterapia.
Otros nueve niños que recibieron la misma terapia en el Hospital Necker, de París, no han tenido problemas, y ningún otro niño que haya recibido la terapia genética para la inmunodeficiencia combinada grave, ha mostrado tal efecto secundario. La genética fortalece la médula ósea de los niños con células que han sido modificadas genéticamente para ser inmunes.