Los servicios de emergencia intensificaron ayer las operaciones destinadas a intentar contener la marea negra que amenaza a la reserva natural de Santa Lucía, en la costa este de Sudáfrica, una de las reservas de animales más bellas del continente.
Por la mañana, se colocaron a la entrada del estuario amenazado por la marea negra unas barreras flotantes destinadas a intentar detener el avance de la capa de gasóleo que escapa lentamente del «Jolly Robino», un carguero italiano en llamas que naufragó a 200 metros de la costa.
El buque, de 31.000 toneladas y 190 metros de eslora, del que fueron rescatados sus 22 tripulantes, naufragó a media distancia entre la ciudad de Santa Lucía y el estuario del río Umfolozi, unos 20 kilómetros más al norte.