Las gaviotas que pueblan las costas españolas se han convertido en algunos casos en un problema sanitario, ya que han sustituido sus hábitos alimentarios naturales en el litoral por los vertederos, lo que ha propiciado el incremento de su población y el traslado de gérmenes nocivos a los núcleos urbanos.
El director de la oficina municipal de Sanidad de San Sebastián, José Manuel Etxaniz, aseguró que las gaviotas son una «asignatura pendiente» a la que habrá que hacer frente mediante la «captura y posterior sacrificio», al igual que se hace con las palomas, ya que constituyen un «foco de infección» desde que se alimentan en los basureros de grandes núcleos urbanos. El «desequilibrio ecológico» experimentado por la población de gaviotas nació el día en que estas aves abandonaron su dieta carroñera en el mar, a base de pescado y detritus flotante, para deleitarse en la amplia y cómoda oferta gastronómica de los vertederos.
Las dificultades para conseguir comida en el mar funcionaban antaño como regulador de la población de gaviotas, que limitaban su capacidad reproductiva ante la incertidumbre diaria de localizar alimento. Núcleos urbanos del litoral español como Mallorca han aplicado a este problema diferentes soluciones, como la eliminación de los huevos de las gaviotas, su captura mediante redes o la emisión de ondas sonoras.