Un encuentro con arquitectos, diseñadores y artistas organizado ayer en Barcelona por el Fomento de las Artes Decorativas (FAD) para debatir sobre la nueva casa del Príncipe de Asturias terminó con la conclusión que anunció Juli Capella, director del FAD, asociación que agrupa a 1.500 profesionales del diseño y a 200 empresas, de remitir a la Casa del Rey una carta «respetuosa» y «educada» pidiendo «un respeto» para la profesión.
Capella leyó un texto consensuado y se critica ampliamente la nueva casa del Príncipe afirmando que en ella hay una «mezcla chirriante de estilos» y señala que la Monarquía «ha perdido una posibilidad para apostar por la arquitectura moderna».
El debate sobre la Casa del Príncipe en el seno del FAD empezó con una introducción del diseñador Javier Mariscal. El diseñador catalán explicó que tuvo la posibilidad de hablar directamente con el Príncipe sobre el diseño de su nueva casa. Mariscal le transmitió al heredero que no entendía que se construyera una casa «tan horrorosa» como la que se había mostrado a través de los medios de comunicación, ya que «el pulso de la sociedad es otro». El Príncipe le respondió en esa ocasión que el diseño se lo habían «impuesto».
Por su parte, Claret Serrahima, diseñador de los logotipos del PSOE, del PSC e ICV, dijo que España «parece una momia, un país de derechas en el sentido cultural y político porque sólo funcionan operaciones de 'Rosas' de España». La pintora Francesca Llopis dijo que la nueva casa del Príncipe representa correctamente lo que debe representar, «un anacronismo como la Casa Real».