Los jóvenes españoles han consolidado en los últimos años el consumo de alcohol bajo el patrón denominado «nórdico», que consiste en la ingestión de grandes dosis los fines de semana, sobre la bebida moderada a lo largo de la semana, tradicionalmente más propia de la cultura «mediterránea».
Esta fue una de las conclusiones a las que llegaron los expertos en alcoholemias reunidos en Altea (Alicante) durante la segunda jornada de los cursos de verano de la Universidad Europea.
Un portavoz del Observatorio Español sobre Drogas, José Antonio de Santiago Juárez, explicó que, a diferencia de lo que ha sucedido históricamente, este consumo «desmesurado» en los fines de semana se ha convertido en «fundamental para la vida recreativa de los jóvenes de entre 14 y 18 años».
Indicó que este tipo de producto adictivo es, con diferencia, «el más consumido, el que más gusta y el que más sigue de moda» entre los jóvenes. Indicó que está relacionado con el hecho de que España ocupe el séptimo puesto mundial en consumo de alcohol y que se trata de un país «excesivamente tolerante» en este asunto, a pesar de ser ya el primer problema de salud pública.
En este sentido, recordó que los últimos estudios revelan que entre el 4 y 5 por ciento de la población mayor de 16 años es bebedora de «alto riesgo», es decir, que se encuentra a un paso de convertirse en un alcohólico crónico.
Además, el Observatorio Español sobre Drogas ha confirmado que el alcohol está directamente implicado con entre el 30 y 50 por ciento de los accidentes de tráfico, con 3 de cada 10 accidentes laborales y con la mitad de los homicidios y accidentes en el ámbito doméstico.