El Gobierno regional de Viena y un grupo de patrocinadores del sector de la telecomunicación han reanudado desde hoy el proyecto de ofrecer bicicletas gratuitas a los vieneses después del fracaso del primer intento.
El pasado 7 de julio se ofrecieron a los habitantes de la ciudad 1.500 bicicletas como alternativa a la utilización de los automóviles, para frenar de esta manera la contaminación. El sistema era tan sencillo como los que existen en los supermercados para coger un carrito de la compra, ya que sólo hacía falta una moneda de dos euros como prenda para poder llevarse una de las bicicletas. Sin embargo, la falta de control sobre el uso y la devolución de estas bicicletas ocasionó que la mayoría desaparecieran o quedaran abandonadas en los portales o en los patios interiores de los edificios. Para evitar repetir esta situación, cuando hoy se ponga en marcha de nuevo el proyecto, un equipo de 25 miembros de una empresa de seguridad patrullarán «día y noche» las calles de la capital. En caso de que se sorprenda a algún infractor de las normas del servicio, se establecerá una multa de 50 euros. Si alguien intenta quedarse con la bicicleta, el servicio de seguridad llamará a la policía y el autor del presunto robo será denunciado.
Las normas para los usuarios de las bicicletas: utilizarlas hasta el Guertel, el cinturón de tráfico rodante que circunvala parte de Viena y en cuyo interior están situados los distritos céntricos, y una vez concluido su empleo, devolverlas a los aparcamientos creados específicamente para ellas.