Un jurado del Estado de Texas desafió ayer al Tribunal Supremo de EEUU y ratificó la condena a muerte dictada contra un hombre cuyos abogados afirman que sufre un retraso mental tan agudo que todavía cree en Santa Claus.
Hace dos semanas, el Tribunal Supremo de EEUU dictaminó que las personas que sufren deficiencias mentales no pueden ser condenadas a la muerte, porque en su caso el castigo es inconstitucional.
El jurado señaló que Johnny Paul Penry, de 46 años, debe ser ejecutado mediante una inyección letal por la violación de Pamela Carpenter, a quien asesinó con unas tijeras en octubre de 1979.