Marruecos se niega desde hace un mes a admitir a los menores marroquíes que, después de entrar ilegalmente en Melilla y permanecer en centros de acogida, son conducidos a la frontera para su repatriación y reintegración familiar, según la consejera de Bienestar Social, Isabel Quesada (PP). La consejera dijo que los últimos intentos realizados se saldaron con el regreso a la ciudad de los menores marroquíes y su reingreso en los centros de acogida, actualmente «colapsados» por la afluencia «masiva» de estos jóvenes.
Por ello, la consejera tiene previsto pedir al Gobierno de la nación que tome medidas ante Marruecos para que acepte a sus menores «porque con quien deben estar es con sus padres». Fuentes de la Consejería de Bienestar Social indicaron que cuando la policía española intentó en abril entregar en la frontera a varios menores marroquíes, la policía del país vecino se negó a hacerse cargo de ellos alegando que «no estaba demostrada su nacionalidad».