Los escándalos sexuales siguen salpicando a la Iglesia católica de Estados Unidos. Nuevas acusaciones de índole sexual contra una diócesis católica han motivado un acuerdo económico fuera de los tribunales favorable a la supuesta víctima de los abusos. Según anunció ayer la Archidiócesis de Los Angeles, el acuerdo de 1'2 millones de dólares (algo menos de 1.400.000 euros) pone fin a la denuncia que Lori Capobianco Haigh presentó el pasado diciembre por los supuestos abusos sexuales de los que fue objeto hace 20 años por parte del clérigo John Lenihan, ahora cesado de la orden.
Haigh asegura que sufrió los abusos sexuales de Lenihan entre 1978 y 1982 en la diócesis de Orange County, área al sur de Los Angeles. También denunció el comportamiento de la diócesis por mantener al cura después de que fueran conocidos sus abusos sobre otra menor con anterioridad a este incidente, y por la respuesta que recibió de otros dos clérigos cuando expuso sus preocupaciones.
«El primero le respondió con sugerencias sexuales... y el segundo la acusó de mentir y le dijo que nunca volviera a su iglesia», dijo la denunciante a través de su abogada, Katherine Freberg, en recordatorio de la experiencia vivida cuando tenía 17 años. La denuncia de Haigh se suma al amplio escándalo que viven diversas diócesis estadounidenses que en los últimos meses se han visto acusadas por el comportamiento sexual de sus clérigos. De hecho, ayer se supo que un sacerdote de un seminario de Florida fue obligado a renunciar el pasado 13 de marzo por abusar sexualmente de un adolescente.
William White, de 69 años, sacerdote del seminario de San Vicente de Paul, en Boyton Beach (costa oriental de Florida), tuvo que renunciar después de reconocer a las autoridades eclesiásticas que mantuvo contactos sexuales impropios con un estudiante adolescente en los años 70. El director del seminario, Stephen Bosso, decidió pedir a White su renuncia «por el bien de la institución», después de comprobar que había admitido ante sus superiores una conducta sexual inapropiada y a raíz de una investigación que hizo por su cuenta sobre el acusado. La denuncia contra White fue presentada en 1997 en Nueva York, cuya archidiócesis logró un acuerdo económico con el denunciante.