Esta es la primera vez que un paciente, en pleno uso de sus facultades, solicita a la Justicia británica el derecho a morir y que se le retire la respiración asistida.
La mujer podrá ser llevada a la sala de cuidados intensivos del hospital para que los médicos cumplan su petición, aunque no hay planes para que se lleve a cabo de forma inmediata, según fuentes legales.
La paciente, a la que no se puede identificar por razones legales y es conocida como paciente «B», tiene 43 años, es soltera y sin hijos, y está paralítica del cuello para abajo desde hace más de un año, cuando se le rompió uno de los vasos sanguíneos de la columna vertebral. La jueza Elizabeth Butler-Sloss dijo ayer que su fallo permitirá a la mujer morir en paz y con dignidad. «Quiero decir cuán impresionada quedé con la mujer, con su gran coraje, fortaleza y determinación mostrada en el último año; con su sentido del humor y su comprensión del dilema que ella suponía para el hospital», explicó.
Además, Butler-Sloss tuvo el gesto simbólico de conceder a la mujer 150 dólares en concepto de daños y perjuicios porque los médicos impidieron ejercer el derecho que, a su juicio, tenía la paciente a negarse a recibir tratamiento. Los gastos legales, de unos 82.500 dólares, correrán a cargo del hospital, cuyo nombre tampoco puede ser divulgado.
Según la jueza, en agosto del año pasado, dos psiquiatras concluyeron que la mujer tenía plenas facultades mentales como para tomar decisiones sobre su propio futuro, pero sus médicos no les hicieron caso alegando que violaba su sentido de la ética profesional.
La mujer tetrapléjica, que trabajaba como asistente social antes del accidente, conoció el fallo del Tribunal Superior en su habitación, a través de un sistema de vídeo.
El abogado Robert Francis, en representación del hospital, dijo
que aceptaba el fallo y que no tenía intención de presentar
recurso.
La enferma hizo historia cuando, el pasado 7 de marzo, recibió en
su habitación a la jueza Butler-Sloss para que celebrara una
audiencia judicial junto a la cama en que está postrada.