EFE"GINEBRA
Los suizos aprobaron ayer la entrada de su país en la ONU por un
54'6 por ciento de los votos y un ajustado apoyo de 12 cantones
frente a 11 que rechazaron la iniciativa. La victoria del sí se
basó en el apoyo de la zona francófona del país y de los cantones
más grandes de la región alemana, mientras que los más pequeños se
mantuvieron en su tradicional rechazo a cualquier decisión que
suponga una apertura internacional de Suiza. También la alta
participación en la votación, un 58'82 por ciento, permitió la
aprobación de la iniciativa, que hará de Suiza el Estado miembro
190 de la ONU. Ginebra fue el cantón que más apoyó la iniciativa,
con un 66'87 por ciento de los votos, seguido de Neuchatel, con un
65'22; el semicantón de Basilea-urbana, con 64'12; Vaud, el 63'53 y
Jura, el 63'12.
Entre los opositores estuvieron los cantones de la zona alemana más tradicionales y que siempre se pronuncian en contra de cualquier propuesta que suponga un aperturismo de Suiza, así como la única región de habla italiana, el Tesino. El resultado más negativo fue el del semicantón de Appenzell Rodes Interior, con un 67'53 por ciento de noes, junto con Schwyz "cantón que dio origen a Suiza", con un rechazo del 61'07 por ciento de sus habitantes, y Glaris, con un 60'57. Con esta aprobación, Suiza iniciará en los próximos días los trámites necesarios para su adhesión efectiva a la ONU, que deberá aprobar la Asamblea General de Naciones Unidas en su reunión del mes de septiembre.
El Consejo federal (Gobierno) señaló que la aprobación de la entrada de Suiza en la ONU es «un signo de apertura que esperaban de nosotros en el extranjero». Al respecto, el consejero federal (ministro) de Economía, Joseph Deiss, explicó que de esta forma se demuestra la solidaridad de Suiza, que no olvida la situación de los más pobres de la tierra. Por su parte, el partido más votado en las últimas elecciones federales y el que más se ha opuesto a la entrada en la ONU, el extremista Unión Democrática del Centro, afirmó que con esta decisión «Suiza ha perdido algo esencial, su neutralidad». Por otro lado, los suizos rechazaron también ayer mayoritariamente, por un 74'79 por ciento de los votos, la iniciativa que proponía el establecimiento de una jornada laboral de 36 horas semanales, frente a la media de 42 horas que trabajan actualmente.