Las autoridades sanitarias británicas informarán a 22 personas que recibieron transfusiones de sangre de donantes que padecían la forma humana del mal de las vacas locas, ya que podrían estar infectadas con esta enfermedad mortal e incurable.
Las autoridades sanitarias conocían la identidad de estos 22 británicos pero tomaron la decisión de no informarles a no ser que ellos trataran de donar sangre. No obstante, según informaba ayer el periodico 'The Guardian', se ha decidido cambiar esta política ante los potenciales riesgos que puede suponer si estas personas tienen que ser operadas, deciden donar sus órganos o reciben tratamientos, como por ejemplo dentales, que supongan la posibilidad de infectar a otras.
Estas 22 personas recibieron sangre de ocho donantes que posteriormente fueron diagnosticados con la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob. Todavía no se conoce el riesgo exacto de infección a través de las donaciones de sangre. De momento, esta enfermedad incurable ya ha infectado a 113 personas desde que se conoció el primer caso en 1996. La última víctima, Christopher Hargreaves, un joven de 26 años, murió el 17 de enero en su casa de Leventhorpe, (en el norte de Inglaterra). Los familiares de las víctimas se han quejado en repetidas ocasiones de la falta de transpariencia por parte del Gobierno británico en informar a la población de los riesgos de esta enfermedad.