El euro se desinfló ayer frente al dólar y perdió buena parte de las ganancias acumuladas ayer por la introducción de los billetes, ante la falta de señales del Banco Central Europeo (BCE) sobre un nuevo recorte de las tasas. La moneda única bajaba en el mercado de divisas de Fráncfort y hacia las 17.00 horas GMT se cambiaba a 0'8995 dólares, frente a los 0'9028 dólares de la mañana. El BCE fijó su cambio oficial en los 0'9036 dólares.
En su primera rueda de prensa del año, el presidente del banco emisor europeo, Wim Duisenberg, no facilitó pistas sobre un recorte de los tipos, a los que ayer dejó intactos en el 3'25 por ciento, aunque sí se refirió a la inflación a la baja y a unas mayores perspectivas de crecimiento para 2002.
Los mercados de divisas acogieron con frialdad el mensaje del banquero holandés. Fuentes del sector explicaron la depreciación de la moneda comunitaria por el desgaste del efecto psicológico positivo que tuvo inicialmente la introducción del dinero en efectivo sobre el tipo de cambio del euro. En Rusia el euro subió ayer un 4'3 por ciento a los pocos minutos de entrar en circulación en el primer día laborable del año en Rusia.
De otra parte, los principales mercados bursátiles europeos registraron ayer subidas en torno al 2 por ciento al cierre de sesión, sumándose así al optimismo que reina en la eurozona tras la puesta en circulación de la moneda única y después de la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de mantener los tipos.