Un total de siete bebés murieron y decenas fueron hospitalizados el pasado sábado por la mañana después de haber sido vacunados en un centro de salud del pueblo de Oued el Abtal, cerca de Mascara (360 kilómetros al oeste de Argel), según anunciaron ayer fuentes oficiales.
Los siete bebés, de entre 3 y 18 meses, comenzaron a sufrir molestias justo después de haber sido vacunados contra el sarampión. Tres de ellos murieron inmediatamente, incluso antes de salir del centro de salud, y los otros, menos de una hora después, según testigos citados por la prensa.
Los demás bebés fueron evacuados a un hospital de la pequeña ciudad de Tighenif, donde su estado fue calificado de «muy grave», según estas fuentes. El número de víctimas puede aumentar en las próximas horas ya que otros 37 lactantes, vacunados en el mismo lugar y en las mismas circunstancias, han sido hospitalizados y algunos se encuentran en estado grave.
Las vacunas utilizadas podrían estar caducadas, según los médicos del centro de salud preguntados por la prensa. Como consecuencia de esta tragedia, el Ministerio de Sanidad «prohibió hasta nueva orden» las vacunaciones en todo el territorio nacional, «a la espera de determinar las causas exactas de estas muertes». El Ministerio indicó que un equipo de epidemiólogos fue enviado al lugar de los hechos para abrir una investigación.