Los médicos que atienden al duque de Lugo, Jaime de Marichalar, informaron ayer por la tarde que el paciente se mantiene «en situación estable» y que el pronóstico del infarto cerebral que ha sufrido continúa siendo «grave». Los servicios médicos del hospital Gregorio Marañón de Madrid aseguraron que, a pesar de la gravedad, la vida de Jaime de Marichalar no corre ningún peligro.
Jaime de Marichalar sigue en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, en donde ingresó sobre las 8 de la tarde del sábado. Al duque de Lugo, que permanece sedado y conectado al sistema de ventilación mecánica para respirar, le acompaña su esposa, la infanta Elena, desde que se produjo su ingreso en el centro sanitario.
Los doctores José Eugenio Guerrero, jefe del Servicio de Cuidados Intensivos del hospital, y José Avelino Barros, jefe de los Servicios Médicos de la Casa del Rey, indicaron, en una comparecencia ante los medios de comunicación a última hora de la tarde, que hay que esperar a que se cumplan las primeras 48 horas desde que se inició el proceso para poder pronunciarse sobre la futura evolución de la lesión. El estado del paciente es de «pronóstico grave», está en espera de evolución, su situación aerodinámica es estable y se mantiene la hemiplejia del lado izquierdo del cuerpo que padece, dijeron los médicos que le atienden.
Jaime de Marichalar se sintió indispuesto y sufrió un desfallecimiento anteayer cuando pedaleaba en una bicicleta estática en el gimnasio al que acude habitualmente para hacer ejercicio. Se dirigió entonces a su domicilio, cercano al gimnasio, y al sentirse peor fue trasladado al hospital Gregorio Marañón en ambulancia. Desde el comienzo del ataque había transcurrido menos de una hora cuando ingresó en el centro médico, poco antes de las ocho de la tarde, acompañado por su esposa, la infanta Elena.
Marichalar, en el momento de su ingreso, podía hablar y estaba
consciente, indicaron fuentes del hospital.