El 30 por ciento de los españoles tiene algún tipo de problema relacionado con el sueño: tarda en dormirse o no descansa bien. Así lo asegura Germán Peces-Barba, especialista en enfermedades respiratorias de la Fundación Jiménez Díaz y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica de Madrid. Independientemente del ritmo de vida, que reste horas de sueño, detrás de este trastorno suele haber insomnio, falta de aire o excesivos ronquidos. El adelanto del inicio de la jornada de trabajo, la aglomeración en las carreteras a primera hora de la mañana y la costumbre de acostarse tarde son, sin duda, factores que contribuyen a que las personas duerman menos que hace unos años. Sin embargo, el doctor Peces-Barba asegura que las personas no sólo duermen cada vez menos, sino cada vez peor. Concretamente, se estima que más de un 30 por ciento de la población tiene algún tipo de problema relacionado con el sueño.
Según este experto, las irregularidades a la hora de dormir pueden ser muy variadas y obedecer a distintas causas. Las más frecuentes son el insomnio, los excesivos ronquidos o la falta de aire. Esto último es muy frecuente en el caso de las apneas del sueño. Las personas que padecen este trastorno se quedan sin respiración momentáneamente varias veces a lo largo de la noche, lo que les impide tener un sueño profundo y reparador. En sus formas más acusadas, la apnea del sueño puede provocar problemas cardíacos y pulmonares.
Se calcula que en torno a un cuatro por ciento de la población sufre apnea del sueño, cuyo diagnóstico se realiza en las Unidades del Sueño, presentes en la mayoría de los grandes hospitales españoles. El paciente llega remitido por el especialista o por el médico de cabecera, y tiene que pasar la noche en las citadas unidades, donde se le realizarán diferentes pruebas. Mientras la persona duerme se le realiza una polisomnografía, que incluye estudios de diferentes variables biológicas mediante electroencefalogramas y registros de la respiración. Una vez hecho el análisis se procede a la aplicación del tratamiento acorde con el problema.
En el caso de que el paciente sufra apneas de sueño, lo habitual es que se le recomiende una especie de mascarilla para dormir que mejora su ventilación nocturna. Este aparato, generalmente, es muy bien tolerado por los enfermos. Otra opción es la intervención quirúrgica de las vías superiores, aunque el doctor Germán Peces-Barba explicó que esta opción se aplica únicamente en casos muy determinados.