Más de 3.000 personas, la mayoría con severas discapacidades auditivas, se manifestaron ayer en Madrid para reclamar la redacción de una Ley Básica que recoja la oficialidad de la Lengua de Signos, utilizada por medio millón de españoles. Convocada por la Conferencia Nacional de Sordos de España con motivo del Día Mundial de las Personas Sordas, la concentración pretendía llamar la atención sobre la necesidad de una ley «que recoja nuestros derechos a utilizar, conocer y recibir formación y educación a través de la Lengua de Signos», declaró el presidente de esta organización, Luis Cañón.
El último censo nacional sitúa en 967.000 el número de personas sordas o con discapacidades auditivas, de «cero a 65 años», mientras que 500.000 emplean la lengua de signos, incluidos los profesionales que «ofrecen sus servicios en el ámbito educativo o social», agregó Cañón. Se trata de conseguir «el reconocimiento social, político e institucional de la Lengua de Signos, a través de una ley básica, que permita el acceso a la igualdad de oportunidades como cualquier otro ciudadano a la educación, justicia o salud», indicó el presidente de la CNSE.