La talidomida, la medicina maldita de la década de los 60, podría convertirse en una bendición para algunos enfermos de cáncer, según una investigación realizada por científicos de la Clínica Mayo en Estados Unidos. De acuerdo con los investigadores, la droga que causó defectos de nacimiento en bebés cuyas madres la tomaron para aliviar mareos matinales, puede detener, o al menos frenar, el avance de un cáncer llamado mieloma que se caracteriza por el crecimiento excesivo y el mal funcionamiento de células plasmáticas en la médula espinal.
Los resultados del estudio son tan promisorios que han sido publicados ayer en la revista «Leukemia» pese a que las investigaciones aún no han concluido, dijeron los investigadores de la Clínica Mayo. Según esos resultados, 14 de 16 pacientes afectados por los primeros síntomas del mieloma mejoraron notablemente después de la administración de la talidomida, mientras que la salud de los otros dos no registró cambios o empeoró.
En 11 de esos pacientes el cáncer se redujo en al menos un 25 por ciento, señaló el estudio. La probabilidad de que la talidomida fuera efectiva contra el mieloma se había planteado hace dos años al advertirse reacciones positivas en pacientes en quienes no habían dado resultados los tratamientos de quimioterapia y radiación.