Juan Pablo II llamó ayer domingo en Kiev a los ortodoxos y católicos ucranios a reconciliarse, durante un encuentro interconfesional boicoteado por la parte de la jerarquía ortodoxa fiel al patriarcado de Moscú.
«Cristianos de Ucrania, que Dios os ayude a encontrar juntos la vía ecuménica, la vía del acercamiento y de la comprensión», declaró el Papa, en un nuevo intento de tender la mano al patriarcado ruso, opuesto a su visita a Ucrania, que considera «un territorio canónico ortodoxo». Al llegar el sábado a Ucrania para iniciar una visita de cinco días, Juan Pablo II pidió perdón a los ortodoxos por los «errores» cometidos en su contra y aseguró que, por su parte, los católicos perdonaban los perjuicios sufridos.
El domingo, en el Consejo Ucranio de Iglesias, el sumo pontífice se entrevistó con casi todos los jefes religiosos de esa ex república soviética, cristianos, musulmanes y judíos, con la notable excepción del metropolita ortodoxo Vladimir, subordinado al patriarca ruso Alexis II. Alexis II había criticado de nuevo, en el momento de la llegada del Papa, su visita a un país al que no había sido «invitado» por la confesión mayoritaria.
Ayer, en Belarús, hizo un llamamiento a la unidad de los ortodoxos rusos, bielorrusos y ucranios, tras haber advertido del posible deterioro de las relaciones con los católicos a causa de la visita del Papa a Ucrania.