Las inundaciones que avanzan por el río ruso Lena con el efecto devastador «de un terremoto» amenazan con sumergir la ciudad más grande de Siberia Oriental tras anegar los hogares de 46.000 personas, reconoció ayer el Gobierno de Moscú, La mayor riada que ha conocido Rusia en cien años ha alcanzado ya los arrabales de Yakutsk, capital de la república de Yakutia, que teme seguir la suerte de Lensk, río arriba, convertida ya en una ciudad fantasma y abandonada por sus 27.000 habitantes.
«Rusia nunca había sufrido semejante devastación en unas riadas», afirmó el ministro de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigú, quien comparó la destrucción con «los efectos de un terremoto». Lensk, en el alto curso del Lena, «no será reconstruida», sentenció ese Ministerio, impotente ante el avance de las aguas del río, al que no detuvieron las bombas arrojadas por el Ejército contra el hielo que arrastra.