El pionero de los turistas del espacio, Dennis Tito, culminó ayer su sueño de «visitar las estrellas» y regresó sano y salvo a la Tierra desde la Estación Espacial Internacional (ISS), donde dice que pasó los mejores días de su vida. La Agencia Espacial Rusa señaló tras el aterrizaje de la nave Soyuz TM-31 con el multimillonario estadounidense y sus dos compañeros rusos a bordo que la primera «expedición turística» al cosmos merece un «sobresaliente», pese a críticas y presiones.
Quienes más se opusieron al viaje de Tito fueron sus compatriotas de la agencia espacial norteamericana NASA, que llegaron a acusar al entusiasta astronauta aficionado de causar una «gran tensión» y «trabajo extra» a sus técnicos y científicos. Rusia calificó estas objeciones al viaje de Tito como el intento de «crear un nuevo telón de acero» en el espacio y no gastó epítetos en atribuirse una nueva victoria sobre Estados Unidos en la exploración espacial.
A las 09.41 horas de Moscú (05.41 GMT), la Soyuz aterrizaba en Arkalik, un paraje del centro de Kazajistán a más de 300 kilómetros al oeste de su capital, Astaná.
A bordo del cohete regresaron Tito y los dos cosmonautas rusos Talgat Musabáyev y Yuri Baturin, que integraron la «expedición de turismo» de seis días en la ISS y ocho en el espacio. «Para mí, el tiempo que he pasado en órbita ha sido el mejor de mi vida. Mi sueño se ha convertido en realidad. Ahora quiero expresar mi agradecimiento a todos los que apoyaron este vuelo», dijo Tito, en la última comunicación antes de partir.