La medida de supresión de la selectividad y su sustitución por unas pruebas específicas determinadas por cada universidad, anunciada ayer por la ministra de Educación, Cultura y Deporte, Pilar del Castillo, fue criticada ayer por los partidos de la oposición. Las palabras del líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, en las que pedía al presidente del Gobierno que no ponga patas arriba el sistema educativo con el regreso de un «modelo feudal», no han sido bien recibidas por el PP. De hecho, el portavoz del Ejecutivo, Pío Cabanillas, defendió a capa y espada el proyecto propuesto por Del Castillo por ser «ambicioso, constructivo y muy, muy abierto». IU y ERC, así como los sindicatos UGT y USO también alertaron de los posibles riesgos de discriminación de esta propuesta.
El secretario general del PSOE aseveró que de llegar a consolidarse el proyecto de eliminar las pruebas de selectividad «nos encontraríamos en una jungla, pues cada universidad podría elegir el modelo de acceso, y aparecerían 200.000 universitarios en septiembre danzando de una universidad a otra». El dirigente socialista advirtió de que si esta reforma se consuma «durará pocos meses, porque en 2003 la nueva mayoría de este país tendría entre sus objetivos anularla».
«Se trata de volver a un modelo feudal y restaurar el modelo educativo reaccionario del 54, con la vuelta de la reválida y la eliminación de la selectividad», dijo Zapatero. De esta manera, pidió a José María Aznar «que no ponga patas arriba el sistema educativo, y que dedique a las universidades el mismo dinero que emplean otros países europeos». «Los mejores países son los que tienen más ciudadanos mejor formados; lo otro es la vuelta a la desigualdad», dijo, añadiendo que esta medida sólo «dará un aliento a las universidades privadas con el consiguiente elitismo».
Aludido por las declaraciones del líder de la oposición, el ministro portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, calificó de proyecto ambicioso y enormemente constructivo el propuesto por el Ejecutivo. «Es un proyecto abierto no sólo a las iniciativas propias, sino también a la contribución de los distintos grupos parlamentarios», apuntó. También el portavoz popular en la Comisión de Educación, Cultura y Deporte del Congreso, Juan Carlos Guerra Zunzunegui dijo que Zapatero, «no conoce» el anteproyecto de la Ley de Universidades, a juzgar por sus declaraciones sobre el carácter «reaccionario» de las medidas que en este texto se incluyen. Guerra Zunzunegui señaló que los estudiantes de Bachillerato tendrán que someterse a «un examen de madurez, que nada tiene que ver con la reválida» para obtener el título de Bachiller y, después, «optarán por el centro en el que quieran estudiar con un examen mucho más específico y relacionado con lo que van a estudiar».