El Gobierno alemán ha bajado la edad de las reses para los análisis de detección de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), la denominada «enfermedad de las vacas locas», de 30 a 24 meses, según anunció ayer la ministra de Consumo y Agricultura, Renate Kuenast. Esta medida responde a la detección de una res menor de 30 meses afectada por EEB, lo que sembró dudas sobre la eficacia en la detección del mal mediante los análisis a partir de 30 meses. El total de bovinos afectados por la enfermedad de las vacas locas en Alemania asciende a 19, de los cuales 8 pertenecían a cabañas del Sur del país.
La puesta en práctica de esta medida supone realizar análisis suplementarios a cerca de 300.000 reses. La propuesta de rebajar la edad de los análisis fue presentada a principios de enero por el antiguo ministro de Sanidad, Andrea Fischer, que presentó su dimisión a finales de noviembre por las críticas a su gestión tras la aparición de casos de EEB en Alemania.
Por otra parte la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) hizo ayer un llamamiento a los países que no pertenecen a la Unión Europea para que tengan en cuenta la posible extensión de la enfermedad de las «vacas locas» y adopten medidas de control. La FAO, con sede en Roma, emitió un comunicado en el que reclama acciones para proteger a las poblaciones, así como al ganado y a la industria cárnica.
En España el presidente de la Unión de los Criadores de Toros de Lidia, Juan Pablo Jiménez Pascau, cree que la obligatoriedad de incinerar los cadáveres de los toros de lidia tras las corridas supondrá unas pérdidas para los empresarios taurinos de unos 1.500 millones de pesetas. Además, durante la jornada se hicieron públicos los resultados de los análisis de la res cántabra sospechosa de tener EEB, que han sido negativos «pero no concluyentes», y se conoció que una falsificación de las placas de identificación de varios animales en una cabaña procedente de Extremadura y vendida en La Rioja.