Un flujo ininterrumpido de peregrinos, que tuvieron que hacer colas de hasta cuatro horas de duración, atravesó ayer la Puerta Santa de la basílica de San Pedro del Vaticano, en las horas finales del Jubileo del 2000, que Juan Pablo II clausurará solemnemente hoy, día de la Epifanía.
Ayer fue el último día que tuvieron los católicos para atravesar las puertas santas de las cuatro grandes basílicas de la Ciudad Eterna y ganar el jubileo, ya que ayer tres cardenales cerraron las de San Juan de Letrán, Santa María La Mayor y San Pablo Extramuros y hoy el Papa hará lo mismo con la de San Pedro.
En estas fechas navideñas se ha registrado un incremento del número de peregrinos al Vaticano y para facilitar el que puedan cumplir con el rito de atravesar la Puerta Santa, el Papa ordenó que se mantuviera las puertas abiertas más horas de las habituales y que no se cierre hasta que haya pasado el último de los fieles.
Una vez que el Papa cierre hoy la puerta, ésta no volverá a abrirse -a no ser que se convoque un jubileo extraordinario- hasta dentro de 25 años. Por primera vez en la historia, en este Año Santo que está a punto de concluir el Papa decidió abrir las puertas de las cuatro grandes basílicas.