Las pérdidas que ha originado el último brote de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) han provocado una concentración de ganaderos ante las puertas del Ministerio de Agricultura, que la policía estimaba en unos 500 y la Asociación Nacional de Productores de Carne de Vacuno (Aprovac) en unos 2.000. Los ganaderos, que consideran injustificada la crisis en la que se ha sumido el sector, puesto que la carne española ha estado controlada siempre, exigen medidas que impidan su ruina. Durante la protesta, los ganaderos repartieron 2.500 kilos de carne.
El consumo de carne ha caído un 35 por ciento respecto al mes de noviembre. Los llamamientos a la calma no han cuajado en una población muy alarmada ante la posibilidad de contraer una enfermedad con efectos devastadores para la salud humana. A pesar de que se ha insistido en que la carne española procede mayoritariamente de las terneras y la enfermedad no se desarrolla en animales menores de tres años, no ha sido posible frenar el descenso en el consumo.
La situación ha provocado cuantiosas pérdidas entre los ganaderos que ayer decidieron manifestarse para exigir una solución al problema. «Si no interviene Bruselas, el Gobierno tendrá que ayudar a un sector que no tiene la culpa de lo que está pasando», afirmó el presidente de Aprovac, Jesús González de Torres.
El presidente de esta organización exigió que se tomen medidas como las adoptadas con el sector de las harinas cárnicas y amenazó con nuevas movilizaciones y cortes de carretera si los ganaderos no reciben ayudas de manera inmediata. Cada ganadero pierde entre 40.000 y 50.000 pesetas por animal sacrificado.