El primer ministro británico, Tony Blair, reconoció ayer que los ciudadanos deben prepararse para un invierno en el que la cancelación de operaciones quirúrgicas estará al orden del día. Asimismo, admitió que las listas de espera serán mas largas que las actuales y que es posible que los hospitales se queden sin camas, a pesar de las inversiones de miles de millones de libras que el Gobierno destinó este año en el sistema sanitario para evitar precisamente una crisis de estas características.
Blair hizo estas declaraciones durante una reunión con profesionales de los servicios sanitarios celebrada en el 10 de Downing Street para explicar el nuevo plan del Ejecutivo en la materia, en el que se prevé un incremento en el número de médicos y enfermeros que trabajarán en los servicios de salud, entre los que habrá unos 5.000 enfermeros españoles, como forma de resolver la escasez de estos profesionales en los hospitales del Reino Unido.
Blair destacó ayer por la mañana que actualmente trabajan en la seguridad social 10.000 enfermeros más de los que lo hacían antes de que los laboristas llegaran al poder, así como que hay 130.000 personas menos en listas de espera que las que había en el mismo periodo del año anterior.
El sistema sanitario británico está siendo el centro de atención de las críticas al Gobierno, tanto por parte de la prensa, como de los integrantes de la oposición conservadora.