El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, justificó ayer la prohibición de importar vacuno de Irlanda y Francia porque el Gobierno ha dado «prioridad a la salud de los consumidores», ante la crisis suscitada en esos países por la denominada enfermedad de «las vacas locas». Piqué aseguró que se entiende la postura de la Comisión Europea, contraria a la medida del Ejecutivo español, y que «el Ministerio de Agricultura ya ha iniciado contactos para negociar una solución».
El comisario de Sanidad y Consumo, David Byrne, explicó ayer en París que las medidas españolas serían una acción «ilegal» si resultara que no están justificadas por razones sanitarias. Byrne indicó que «hay que esperar un anuncio oficial de España, que, de momento no se ha dado. Si esa decisión no está justificada en el plano de la salud, sería una infracción al derecho, una acción ilegal».
España anunció la prohibición cautelar a la entrada de bovinos reproductores de Francia e Irlanda que tengan más de 20 meses de edad, como de óvulos y embriones. La medida, que entró en vigor ayer, responde a la evolución de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) o mal de las «vacas locas» en Francia e Irlanda, explicó el Ministerio español de Agricultura en una orden publicada en el Boletín Oficial del Estado.
España decidió introducir este mecanismo de precaución ante la ausencia de una normativa específica que armonice la lucha contra la EEB en los países afectados y el riesgo que supone la introducción de bovinos de países con una incidencia creciente del mal, explica la orden. El comisario Byrne recordó también que Francia aplica reglas de precaución «muy estrictas» y ha puesto en marcha un importante programa de detección del mal de las «vacas locas».