«Jodie», la niña siamesa que sobrevivió a una complicada operación quirúrgica en la fue separada de su hermana está teniendo una «rápida recuperación», según informó ayer una portavoz del hospital de St. Mary, en Manchester, donde esta ingresada. «Jodie está bien y está teniendo una rápida recuperación», declaró la portavoz al explicar que desde anoche la niña, de tres meses, está respirando sin necesidad de ayuda y ha empezado a recibir una alimentación normal.
La portavoz advirtió, sin embargo, de que el estado de la niña continua siendo «crítico» En la operación, que duró veinte horas entre el lunes y el martes pasados, murió la otra siamesa, Mary. Las dos hermanas estaban unidas por el abdomen y la espina dorsal. Mary, quien dependía de su hermana para mantenerse viva, sufría lesiones cerebrales irreversibles. Los médicos habían pronosticado que las dos niñas morirían en una plazo de seis meses si no se las separaba, operación que implicaba la muerte de la hermana más débil.
Los padres de las siamesas, unos fervientes católicos, proceden de la isla de Gozo en Malta y recurrieron a los tribunales británicos para impedir la separación de sus hijas. Pero tras perder la batalla legal, los padres de las niñas terminaron por aceptar las conclusiones de los jueces y de los médicos de que Mary debía morir para que su hermana tuviera posibilidades de vivir. Ahora los padres esperan la recuperación de su hija.