Este dato está en consonancia con una de las principales conclusiones del estudio «Opinión de los alumnos sobre la calidad de la educación» "elaborado por la Fundación Hogar del Empleado» con entrevistas a 3.000 alumnos de Madrid que cursan Primaria, Secundaria y Bachillerato" de que a medida que los escolares cursan estudios superiores su nivel de satisfacción con la educación que reciben es menor.
Así, aunque más de la mitad se muestra «satisfecho o muy satisfecho» con el modo de enseñar de los profesores y con la atención que reciben, estas cifras quedan matizadas si se desglosan por etapas: el 86% de los de Primaria opina así, frente al 56% de los del segundo ciclo de ESO o el 39% de los de Bachillerato.
En general, todas las respuestas ponen de manifiesto una visión cada vez más negativa a medida en que se estudia en etapas superiores, lo que, para Alvaro Marchesi, coautor del Informe, puede deberse a que «la enseñanza no ha sido capaz de adaptarse a los jóvenes entre los 16 y los 18 años». «Los jóvenes están cambiando en los últimos años, exigen que se les tenga más en cuenta, quieren que la enseñanza sea más útil, señaló.
En esta línea, cuando los alumnos fueron preguntados por la integración de compañeros con discapacidades o pertenecientes a minorías, se detecta una postura cada vez más pesimista. Es decir, mientras que en Primaria sólo un 9'5 por ciento veía esta posibilidad como «negativa o muy negativa» y un 61 por ciento se mostraba a favor de ello, en Bachillerato crece hasta el 17 por ciento el número de alumnos que rechaza la integración y disminuye hasta el 46 por ciento los que lo ven con buenos ojos.