España, junto a Francia e Italia, generan el 60 por ciento de la contaminación que se vierte al mar Mediterráneo, lo que supone un total de 5'4 billones de toneladas anuales de residuos industriales y urbanos no tratados, según datos de la organización ecologista Greenpeace publicados en el último número de «La Tierra».
Además, en este mar navegan el 30 por ciento de mercantes de todo el mundo y el 20 por ciento de los petroleros, lo que supone 12.000 buques cada año. Los ecologistas alertan de que cada tres semanas se producen vértidos de petróleo como el del buque Exon Valdés, que vertió 36.000 toneladas de crudo en Alaska en 1989.
Estos derrames son consecuencia, fundamentalmente, de la limpieza ilegal de tanques, accidentes de buques, escapes de plataformas, refinerías y trasvases.
Otra de las grandes amenazas para este ecosistema es la agricultura intensiva que utiliza abonos químicos, que posteriormente van a parar al mar. Así, cada año del campo de Cartagena se derraman al mar Mediterráneo 2.500 toneladas de nitratos aproximadamente.
La situación del Mediterráneo hace que muchas especies que habitan en él se encuentren amenazadas como por ejemplo la foca monje, atún rojo, delfín mular, delfín listado, rorcual común, rorcual aliblanco, cachalote, gaviota picofina, tortuga boba, coral rojo y cigarra de mar, entre otros.