Un día sin coches. Es lo que las autoridades han promovido para que la gente compruebe que sin el automóvil también se puede vivir, en un intento de reducir la emisión de gases contaminantes y hacer que las ciudades sean más limpias. Para ello, los ayuntamientos de 750 ciudades de la Unión Europea (entre ellas, 215 españolas), han decidido prohibir el tránsito de vehículos por determinadas calles de la ciudad.
Sin embargo, la iniciativa ha sido acogida de manera diferente según los sectores. Aunque en principio todos están de acuerdo, los ecologistas creen que es insuficiente; valoración que también comparten los automovilistas, al considerar que no provocará un cambio en los hábitos de los ciudadanos.
A diferencia de otros países europeos donde es popular el uso de la bicicleta, en España el coche es el medio de transporte por excelencia, a pesar de la política de fomento del transporte público que se ha desarrollado en los últimos años. En España ya hay más de 21 millones de coches, con un consumo energético que supera el de la industria. Este panorama se traduce en un total de 5'9 toneladas de CO2 por cada español.
Con esta iniciativa, ciudades como Madrid o Barcelona vivirán una estampa insólita, al ver muchas de sus arterias centrales libres de vehículos. A diferencia de otros sectores, UGT considera que el gesto sí puede provocar un cambio en la población, aunque creen que hay que poner en marcha una reorientación de la política urbanística y de transporte.
Los ecologistas consideran que la iniciativa es insuficiente. Según WWF/Adena, cualquier medida debe ir acompañada de una política global para fomentar los medios públicos. En la misma dirección se pronunció Greenpeace, que argumenta que el éxito de la convocatoria dependerá de las iniciativas paralelas que adopten las autoridades para favorecer el transporte público.