La pequeña Victoria Federica ocupa el cuarto lugar de prelación en la línea de sucesión de la Corona de España. El nuevo hijo de doña Elena y su marido, Jaime de Marichalar, viene a engrosar, junto a su hermano y a su primo Juan Valentín, la undécima generación con derecho a la sucesión directa de la Casa de Borbón en España, una línea que se inició en 1700 con la llegada al trono de Felipe V.
El acceso al trono español de Felipe V, nieto del rey francés Luis XIV y bisnieto del monarca español Felipe IV, se produjo por decisión testamentaria de Carlos II, que murió sin descendencia y decidió no dar continuidad a la rama de los Austria, sino a su otra ascendencia, la de los Borbón.
La recién nacida se sitúa en la línea de sucesión en el cuarto puesto, después del Príncipe de Asturias, la propia infanta Elena, y su hermano Felipe Juan Froilán. La infanta Cristina pasa a ocupar el quinto puesto en el orden sucesorio de la Corona española, y el hijo de ésta, Juan Valentín Urdangarín de Borbón, se sitúa en el lugar número seis. El séptimo puesto corresponderá al segundo hijo de los duques de Palma de Mallorca cuando nazca en noviembre próximo, según está previsto. Esta línea sucesoria, como la mayor parte de las cuestiones que afectan a la Corona, está regulada por la Constitución.
La recién nacida, según lo dispuesto en 1987 mediante un Real Decreto, tendrá la consideración de Grande de España y recibirá tratamiento oficial de «Excelencia», pertenece a la Familia Real, pero, al menos de momento, no tiene concedido ningún título nobiliario.
El periodista experto en la Casa Real Jaime Peñafiel asegura que «estaba claro» que la nueva hija de los duques de Lugo iba a recibir el nombre de Victoria Federica, como así ha sido. En su opinión, Victoria le viene de la reina anterior a doña Sofía, Victoria Eugenia, mientras Federica «es un homenaje que la Infanta ha querido rendir a su abuela materna».