Las costas españolas recibieron ayer una nueva oleada de inmigrantes, 185 fueron detenidos en el Campo de Gibraltar, 25 en Barbate y 5 en Las Palmas, que se suman a los 6.000 que, según el delegado del Gobierno para la Inmigración, Enrique Fernández Miranda, han entrado ilegalmente este año en España.
En una entrevista, Fernández Miranda atribuyó esta situación al «efecto llamada» generado por la Ley de Extranjería aprobada en la pasada legislatura y anunció la puesta en marcha de un Plan Global de Inmigración, a la vez que reclamó al Gobierno de Marruecos una colaboración con las autoridades españolas «más profunda, más realista y más flexible». El mayor grupo de inmigrantes interceptados ayer fue localizado en el Campo de Gibraltar (Cádiz), donde 185 indocumentados de procedencia subsahariana y magrebí, entre ellos 43 mujeres y dos bebés, de tres y cuatro meses, llegaron en tres expediciones, y fueron detenidos dos patrones de una embarcación.
El mayor grupo de inmigrantes fue detenido en la madrugada del jueves en el transcurso de cinco servicios efectuados por tierra y mar, y de ellos, 31 subsaharianos tuvieron que ser rescatados por un pesquero después de que naufragara la embarcación que ocupaban. De los detenidos, unos 60 permanecen en el polideportivo municipal tarifeño, donde han sido trasladados para evitar que se colapse la comandancia de la Guardia Civil de Algeciras. A los 179 inmigrantes detenidos ayer en el Campo de Gibraltar, hay que sumar otros seis marroquíes interceptados ayer cuando deambulaban por el puerto algecireño.