Por primera vez en la historia de la medicina británica, un informe del Gobierno apoya la clonación de embriones humanos para fines terapéuticos, aunque subraya la prohibición legal del uso de la genética para «fabricar» bebés. Según este informe oficial presentado ayer, la nueva legislación "cuya aprobación todavía depende del voto de los diputados en la Cámara de los Comunes este otoño" permitiría extraer células de embriones apenas formados para cultivar piel humana u otros tejidos del cuerpo.
El documento, elaborado por un comité de científicos presidido por el asesor médico del Gobierno, Liam Donaldson, puntualiza que los científicos podrían utilizar las «células madre» de los fetos menores de catorce días. Cada propuesta de investigación debería contar con la autorización previa de la Autoridad gubernamental para la Fertilización Humana y la Embriología. Esa autorización, según el informe, sólo se concederá cuando se demuestre que no hay otra vía para lograr el éxito de un experimento. Los experimentos serán cuidadosamente supervisados, tanto por esa Autoridad como por la Comisión de Genética Humana, de nueva creación.
Según Donaldson, «el comité ha estudiado cuidadosamente los aspectos éticos y ha decidido que los beneficios potenciales son más importantes y han de producirse para ayudar a las futuras generaciones de pacientes». No obstante, este grupo de expertos reitera la prohibición tanto de la llamada «clonación reproductora» la producción de niños mediante manipulación genéticacomo de la mezcla de material celular humano y animal. Los investigadores británicos creen que pueden revolucionar la medicina y asumir un papel preponderante en el mundo científico si se eliminan los obstáculos legales para aplicar a las personas la tecnología genética usada en la clonación de la famosa oveja Dolly.