El Papa declaró ayer que Roma se ha convertido en «la capital de la juventud del mundo» con la llegada de cerca de un millón de jóvenes para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, que ayer se inauguró dentro del Año del Jubileo. Desde el balcón de su residencia de verano de Castelgandolfo, en las cercanías de Roma, Juan Pablo II, que dirigió el rezo del Angelus, recordó la celebración de la festividad de la Asunción de la Virgen, e invitó a los fieles a pedir su intercesión para el éxito de la gran manifestación juvenil. El Pontífice exhortó a aquellos que en estas fechas disfrutan de sus vacaciones a «redescubrir el sentido cristiano de esta celebración» y a participar en la celebración eucarística.
Juan Pablo II saludó en español y encomendó a la Virgen María «a los jóvenes que, desde América Latina y España, han venido a Roma para este gran encuentro». Durante el Angelus, el Papa agradeció el esfuerzo de todos los que colaboran para que la jornada de la Juventud sea un éxito, en particular «a las familias, escuelas, parroquias e instituciones que han abierto sus puertas para albergar a los peregrinos procedentes de todo el mundo».
Miles de jóvenes han comenzado a llenar las calles de la «Ciudad Eterna», en la que el Papa abrió ayer la XV Jornada Mundial de la Juventud con dos actos multitudinarios en las basílicas de San Pedro del Vaticano y San Juan de Letrán, a los que se espera asistan más de medio millón de participantes. Los actos de la Jornada Mundial de la Juventud, la celebración más multitudinaria dentro del Año Santo, se prolongarán hasta el próximo domingo y en ellos el Vaticano espera reunir a más de un millón de jóvenes de todo el mundo. Los jóvenes proceden de 160 países, cuyas banderas ya cuelgan en la monumental columnata de Bernini que abraza la plaza de San Pedro.