Líderes africanos reunidos en la capital nigeriana urgieron ayer a combatir la malaria, una enfermedad que mata al año a un millón de personas en el mundo y que es la primera causa de mortandad en Africa, por delante del sida y la guerra.
El llamamiento fue hecho durante la apertura de la primera conferencia mundial sobre la malaria, auspiciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Gobierno nigeriano y en la que participan cientos de especialistas de todo el planeta.
La enfermedad, que también continúa siendo crónica en algunas zonas de la India, el sudoeste asiático y el continente americano, es particularmente nociva en el Àfrica subsahariana, donde causa la muerte de 900.000 personas al año. Según un informe de la OMS, que fue repartido entre los asistentes al inicio de la reunión, anualmente se producen 500 millones de casos de malaria en todo el globo, donde cada día mueren, a causa de la enfermedad, 2.500 niños menores de cinco años.
A la reunión asisten catorce jefes de Estado africanos, entre ellos el presidente de Nigeria, Olesegun Obasanjo, así como altos funcionarios de decenas de países de este continente junto a representantes de organismos de la ONU y de organizaciones internacionales. En su discurso de apertura, Obasanjo subrayó las desastrosas consecuencias económicas y sociales de la malaria, de la que dijo que «mantiene atrapados en la pobreza a los habitantes de este continente» e impide su desarrollo.