Las condiciones de los ecosistemas han empezado su declive debido al aumento de la demanda de sus recursos y, si no se pone remedio, el abuso tendrá «devastadoras consecuencias» para el desarrollo humano y el de todas las especies, revela un informe de Naciones Unidas hecho público ayer.
El estudio revela que los ecosistemas, el motor biológico del planeta, han empezado a dar señales de su declive y cita un gran número de ejemplos de su desgaste.
Entre esos ejemplos, destacan la pérdida de la mitad de las zonas húmedas del planeta en el último siglo, la reducción a la mitad de los bosques, debido a la tala y la reconversión a tierras agrícolas, y la situación de peligro de extinción en que se encuentra el 9 por ciento de las especies de árboles. También resalta que la flota pesquera mundial sobrepasa el 40 por ciento la capacidad de los recursos del océano y explica que la sobreexplotación del 70 por ciento de los grandes caladeros mundiales ha llevado a éstos a «su límite biológico».
Además, la degradación del suelo afecta a las dos terceras partes de las tierras dedicadas a la agricultura en todo el planeta y la población mundial ha aumentado el 30 por ciento en los últimos veinte años.
Otros datos señalan que el 30 por ciento de los especies marinas de agua dulce ha desaparecido durante los últimos años o están amenazadas, mientras que el 60 por ciento de los ríos más grandes del planeta ha sufrido alteraciones debido a la construcciones de presas o canales. Por ello, todos los responsables de los organismos que han participado en la preparación del informe han hecho un llamamiento para poder apagar esa luz roja encendida por el planeta.