Para Clinton y Blair, el libre acceso a esta información podría facilitar el descubrimiento de tratamientos para enfermedades hasta ahora incurables y «mejorar la calidad de vida». No obstante, puntualizaron que las empresas deberían poder patentar los descubrimientos que hicieran a partir de los datos obtenidos por dicho proyecto.
La intervención de ambos dirigentes se produjo a raíz de la polémica surgida entre las empresas privadas y los científicos de instituciones públicas que tratan de dibujar el mapa del genoma humano, la secuencia de 80.000 genes que determinan las características de cada persona. Los dos grupos han tratado de acordar un modo de hacer públicos los datos obtenidos, sin llegar a un acuerdo sobre la explotación de los hallazgos y sus posibles beneficios económicos.
Tanto Clinton como Blair mostraron su satisfacción por la decisión de algunos científicos que participan en el Proyecto del Genoma Humano de dar a conocer los datos en bruto «rápidamente» y pidieron que el resto de los expertos implicados sigan este ejemplo. En el comunicado se recuerda que «en la última década del siglo XX, los científicos de todo el mundo iniciaron uno de los proyectos más importantes de la historia: determinar la secuencia del ADN de todo el genoma humano, el borrador genético de la persona».