En un gesto sin precedentes para la Iglesia católica, Juan Pablo II pidió este domingo perdón a Dios por los pecados del pasado, pensando en el futuro de la Iglesia, que se prepara para cruzar la puerta del tercer milenio. Los mea culpa solemnes divididos en seis «categorías» de faltas, aputan a «despertar las conciencias» y a abrir la puerta a diálogos más intensos con los herederos morales de las «víctimas» de las faltas de la Iglesia durante siglos.
La confesión de las faltas cometidas hacia los judíos se produce en vísperas de la peregrinación del Papa a Israel, adonde llegará el 22 de marzo. El gran rabino ashkenazi de Israel, Israel Lau, se congratuló este domingo por el pedido de perdón pronunciado por el Papa en la basílica de San Pedro por los errores de la Iglesia, en especial hacia los judíos, pero lamentó que el Santo Padre no haya mencionado explícitamente el Holocausto.
El Papa también pidió perdón por los pecados cometidos contra la unidad de los cristianos, en especial a partir del gran cisma de Oriente, cuando en 1054 el obispo de Roma y del obispo de Constantinopla se excomulgaron recíprocamente. Así espera que ese gesto «allane el camino hacia la reconciliación de todos los cristianos». En la actualidad, las relaciones con los ortodoxos están relativamente frías y los vínculos con los protestantes siguen condicionados por la doctrina aún no reformulada sobre la primacía del obispo de Roma y debido, además, a los diversos puntos de vista sobre el sacerdocio femenino o el divorcio.
El perdón referido a la intolerancia, a la violencia y los abusos cometidos sobre todo durante las Cruzadas y la Inquisición, podrían reforzar la colaboración con el Islam, reactivada por el Papa durante su reciente visita a Egipto. En cuanto a las faltas cometidas hacia los pueblos que pertenecen a otras culturas o religiones, Juan Pablo II reconoció que los cristianos de la época colonial, o de las grandes etapas de las misiones, algunas veces cedieron «a la lógica de la fuerza» y «violaron los derechos de las etnias y de los pueblos».