José María Mendiluce, quien fue nombrado presidente de Greeenpeace Internacional el pasado 15 de diciembre, no podrá ocupar este cargo al ser miembro del Parlamento Europeo, lo que, según la organización, «plantea problemas legales con los estatutos», informó ayer esta asociación ecologista.
A José María Mendiluce, que hoy hubiera accedido a su cargo de presidente, se le ha ofrecido una nueva función como asesor de la Junta en temas humanitarios y de paz, y ayudará a la organización a desarrollar sus programas en estas áreas.
Los estatutos de Greenpeace prohíben que «cualquier persona que tenga un cargo político sea miembro de la Junta», señala en un comunicado la actual presidenta, Cornelia Durrant, quien añade que «José María ha aportado su importante experiencia y contactos a la organización».
«Es una lamentable pérdida, pero esperamos que sólo sea temporal y que Mendiluce opte de nuevo por la Junta de Greenpeace Internacional cuando deje el Parlamento Europeo».
Mendiluce, por su parte, declaró que se niega a «romper su actual situación de independiente en el grupo socialista, a través de cualquier operación que implique mi salida con aquellos que me dieron su confianza al ir en sus listas».
Para Mendiluce elegir a un eurodiputado, para luego desear que sea apolítico es de una contradicción «incomprendible» en una organización de la experiencia de Greenpeace.