Las compañías aéreas y organismos internacionales de transporte consideran que la amenaza del denominado «Efecto 2000» está solventada y que no hay indicios de graves problemas para el último día del año. «Las compañías han reducido al mínimo su actividad, algo que suelen realizar en esta época del año, pero mucho más todavía por la connotación especial que tiene el cambio de siglo», dijo ayer el presidente de la Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA), Felipe Navío. El denominado «Efecto 2000», que consiste en la incapacidad de ordenadores y sistemas informáticos de reconocer fechas más allá del año 1999, ha sido uno de los mayores quebraderos de compañías aéreas, tanto por las graves consecuencias que tendría un fallo informático masivo como por la preocupación entre sus clientes. O al menos de algunos clientes, porque por ejemplo la compañía Air France aprovechó precisamente el cambio de fecha para poner en vuelo la única aeronave comercial supersónica del mundo, el Concorde, y hacer un «viaje al pasado», según explicó un portavoz.
Gracias a que el Concorde es capaz de viajar a dos veces la velocidad del sonido, el vuelo «Millennium II» de Air France partirá del aeropuerto parisino de Charles De Gaulle un cuarto de hora después del inicio del 1 de enero del año 2000, para aterrizar en Nueva York el 31 de diciembre de 1999 poco antes de la diez de la noche. Pero el caso de los cien pasajeros que viajarán en el «Millennium II», a un coste de 7.695 dólares por persona, (un millón de pesetas, aproximadamente) es más una excepción que la norma general. Prácticamente todas las principales aerolíneas del mundo ya han anunciado que durante el cambio de año reducirán el número de vuelos, aunque no por problemas con el «Efecto 2000», sino por el descenso de la demanda que, según explican fuentes del sector aeronáutico, es normal durante el fin de año. Es el caso de la compañía holandesa, KLM, que tiene previsto reducir a cinco el número de vuelos intercontinentales durante el fin de año -mientras que en 1998 realizó 35 vuelos- a la vez que ha cancelado prácticamente todos sus vuelos en Europa. También han anunciado un descenso de sus programaciones las compañías chárters con sede en Palma, Air Europa y Spanair.